Tuesday, March 20, 2007

soldier of fortune

Suena el timbre y con un chirrido gastado se abren las rejas, es la hora del patio y salgo lentamente buscando algún cigarrillo roto en el bolsillo de mi traje, semi ciego por la luz del sol me arrastro mirando el suelo hasta el rectángulo amurallado y me pongo a sorber el humo concienzudamente para satisfacer la pulsión de autodestrucción, mientras mil endemoniadas escenas danzan, con el humo, en mi mente… alguien grita mi nombre y con una risa sarcástica me espeta una fecha y me tira un pedazo de la hoja superior de un diario… compruebo si la fecha que me dijo es cierta y lo es, maldita sea!17 años…
Soy el habitante de la 268 ala norte de la Penitenciaria de Heavenfar desde hace -según me entero hoy- 17 años…
Todo empezó al regresar de uno de esos viajes largos, húmedos y calurosos, llenos de sorpresas desagradables, me habían contactado por medio de uno de mis primeros clientes, era un trabajo rutinario me habían dicho, una nimiez, dinero rápido, algo que podía ejecutar cualquier principiante, si me contrataban era por que querían la certeza y seguridad de que: “…todo tenia que ser ejecutado con precisión milimétrica, limpiamente, sin errores, ni sospechas que incriminaran a los contratantes”
Mi iniciación fue producto de la casualidad o la causalidad como quieran llamarle, el destino me abrió media puerta una noche en la que cenaba con narcotraficantes de poca monta a los cuales alguien había puesto en evidencia frente a la policía, -quiero matar a alguien, dijo -pago lo que sea, la frase me había traspasado los oídos y no le di ninguna importancia hasta mas tarde en sueños, cuando me vi cobrando un dinero que me permitiría cumplir algunas expectativas que tenia de la vida.
Las cosas no se habían planeado demasiado, en esta sociedad adormecida por el consumismo a nadie le importa nadie, tendrás el tiempo suficiente para huir hasta que alguien se de cuenta… sentencio mi contratante, mientras me pasaba un pequeño “ladrillo” de billetes.
De pronto sentí mi mano caliente y viscosa mientras el tipo se desplomaba hacia adelante, yo eche a correr tan rápido como pude y no me detuve hasta que ya no podía respirar, me metí en el primer portal abierto que había y me tire en el suelo tratando de recuperar el aliento lo mas silenciosamente posible, cerré los ojos unos segundos e intente aguzar mi oído, escuchar pasos o sonido de sirenas: nada… solté el aire despacio y cuando gire la cabeza retuve un grito: le vi de pronto, como una aparición agachado frente a mi con una media sonrisita mirando mis manos ensangrentadas y batiendo la cabeza.
- te he observado.
- no se de que hablas. Conteste.
- vas a decirme que haz estado jugando con salsa de tomate? Inquirió sarcástico, mientras yo restregaba mi mano ocultándola en mi espalda
El miedo se apodero de mí y el hecho de generar un tumulto me hizo aceptar lo que decia:
-esta bien, es sangre y si te atreves a decir algo serás el próximo, le advertí.
Soltó una risilla de hiena
- cualquiera que vea el miedo en tu rostro adivinaría que es la primera vez que lo haces, así que no farsantees ni te hagas el valiente conmigo dijo levantándose y tendiéndome una mano, adivino por tu expresión que no habías pensado que hacer después, ven conmigo yo se lo que hacer.
En principio pensé que era alguien contratado por los narcotraficantes, un espía, para asegurarse que haya realizado mi trabajo y no huya con el dinero; pero esa idea se desvaneció cuando dijo que no me denunciaría y me ayudaría si me volvía su socio; soy Sergio, he visto en ti lo que hace falta -me dijo- determinación y otras cualidades y te aseguro que tienes buen futuro en esto si cuentas mas los pasos. En principio necesitaba ayuda urgentemente así que asentí sin darle importancia ya me podría deshacer de el mas adelante cuando me encontrase a salvo. Primero dijo, necesitamos un lugar en el cual pasar unos días sin levantar sospechas, no intentes salir del país ni tan siquiera de la ciudad ya que la policía estará vigilando, y todos los que son como tu siempre cometen ese error y son capturados en las fronteras; me limpie bien las manos y tomamos un taxi rumbo a un parque de atracciones en el cual podría despejarme y pasar inadvertido entre toda la gente. Aquí siempre se necesita gente dijo y si observas bien las ferias son bien recibidas en todo lugar por la alegría que llevan a los pueblos, y los dueños jamás te pedirán mas datos que poco deseo de superación, expectativas salariales nulas y bestias de carga de poco cerebro. Estuve trabajando en la feria el tiempo que tardamos en salir del país.
Tenia una cualidad extraña, siempre que conocía a alguien me decía que me parecía o le recordaba a otra persona lo cual, lógicamente, hacia que me pareciese a muchas personas y entorpecía el trabajo de la policía: cuando alguien intentaba dar una descripción el retrato que ofrecían era el de la persona a la cual les recordaba y me convertía a mi en un fantasma.
Nadie de nosotros sabe de lo que es capaz hasta que lo realiza, todo mi mundo cabía en una mochila de unos 30 litros, siempre presta a cambiar de dirección conmigo tan rápidamente como la situación lo amerite.
Así fui progresando de a poco, mejorando técnicas, aumentando mi sangre fría, perfeccionando mi oficio, eventualmente llegaba al lugar en el que tenia que cumplir mi trabajo con mucho tiempo de antelación lo que me permitía satisfacer mi sueño de vida: viajar y conocer el mundo, encontraba algún trabajo liviano y eventual que me servia de coartada, despejaba sospechas y me ayudaba a conocer las mejores locaciones y planear perfectamente mis trabajos, después de realizado el “trabajo” aun me quedaba algún tiempo en el lugar, sorprendiéndome, desilusionado de la humanidad junto a mis compañeros al leer en los titulares: “presunto ajuste de cuentas” “es encontrado en su casa después de 9 días” “importante funcionario es encontrado con visibles signos de tortura” “se busca” “desaparecido” y otros…
Sergio se encargaba de realizar los trabajos sucios, su misantropía le otorgaba el carácter necesario para ser un sanguinario, no tenia problema alguno para por medio de torturas extraer información, yo solo estaba presente con el fin de frenarle y sus victimas siempre me miraban a mi pidiéndome clemencia, tenia la malsana costumbre de guardar, guardaba “petits souvenirs” ,como el decía, de sus victimas; vivía siempre a mi sombra lo cual me enfurecía, la policía siempre hablaba de una sola persona y los retratos hablados -que he de reconocer algunos eran muy buenos- se parecían a ese parecido mío y ninguno a el, era mi parásito el muy bastardo, muchas veces le apunte sin que lo notara y ahora pienso que debí haber apretado el gatillo.

17 años maldita sea! siento que algo va a estallar en mi cabeza

Eventualmente conocí a una mujer y me enamore perdidamente de ella y de su tranquila vida, el trabajo para el cual me habían contactado por medio de mis primeros jefes, según le había comentado a Sergio, era el ultimo que iba a realizar puesto que ya había reunido una cantidad significativa de dinero, al enterarse monto en cólera y amenazo con matarme si le dejaba solo, pero le hice entender que yo ya había llegado al final.
El DIA en cuestión, franco me cubriría, desde una edificación abandonada aledaña, con un rifle de francotirador serviría de vigía, me había proporcionado algunos planos “grosso modo” de la casa, yo entraría por la puerta de atrás a la hora que, producto de la temperatura el guardia se quedaba dormido en su caseta, todo estaba como siempre bien planificado y no había mayor dificultad, en el auto fumando un cigarrillo y secándome el sudor de la frente esperaba que franco me diese la señal para irrumpir en el caserón ahorcar al guardia y finalmente acabar con “el blanco”, Salí del auto y avance unos 10 metros cuando sentí un dolor en la espalda debajo del hombro, no mayor al producido por el piquete de una abeja, seguida de una sensación de calor creciente en la zona, avance unos pasos y me quede sin aire, mire mi pecho y vi la camisa manchada de sangre, caí de bruces mirando el sol este mismo sol que ahora me ciega
Se ha cerrado el círculo, pensé, tirado en el suelo, alguien se nos ha adelantado, que irónico, la historia termina como comenzó: sangre en mis manos y falta de respiración…un parpadeo, unas voces y pierdo el conocimiento.
De pronto abrí los ojos y tenia otra luz cegándome, aunque esta vez era blanca, un tubo de oxigeno en mi boca, las manos esposadas a los lados de la camilla y aullidos de sirena.
El juicio fue rápido, Sergio mi buen socio (ya me parecía raro que se tomase al final tan bien el hecho de dejarle solo) se había encargado de sembrar en el auto todos los “recuerdos” que se solía llevar de sus victimas, y de hacerle una llamadita a la policía; hasta 13 se pudieron identificar y otros tantos “recuerdos” quedaron como pruebas sin nombre, pendientes para completar algún puzzle, durante la celebración del juicio fue la primera vez que escuche el concepto de “escisión de la personalidad”, mal nacido bastardo pensé, ha planeado todo tan bien que ha comprado o intimidado (lo segundo es lo mas probable) al abogado para que yo sea visto como un psicópata cruel, loco y culpable, y el un pobre personaje inventado y por lo tanto libre e inocente.
Rechacé tirándole en la cara los papeles que me acerca mi abogado en los cuales pretende firme mi “estado mental” en el cual un alter ego mío aparece en momento de furia y miedo, al que no encuentra un mecanismo exacto que lo dispara…yo no estoy loco maldita sea! el existe y ud lo sabe, los matare a los dos! a los dos! Ud es su cómplice, a los dos! me oye a los dos! …mi abogado delega sus funciones en un tinterillo de oficio, que me cree y me consigue una cuasi cadena perpetua, el juez complacido se apresura a dictar sentencia desestimando la locura por voluntad del imputado.
Y aquí estoy 17 años después! Maldita sea 17 años después! Siento que una bomba va a estallar dentro de mi cabeza, la sangre corre densa por mis venas haciendo que se me ensanchen…
De pronto esta aquí, no se como, no se de donde, esta ahí acercándose, esta ahí con esa sonrisa falsa y cruel, esta ahí! me abalanzo encima suyo, pero estoy débil, no se me ha dejado realizar ejercicio por seguridad durante todo este tiempo en la cárcel, mi penoso intento de acabar con el responsable de mi captura causa en el guardia una mirada perpleja y una sonrisa burlona… Sergio con rapidez felina me tuerce el brazo y me pone la cabeza sobre la mesa y me dice: shhh… esto ya se arreglara después, ahora, lo tengo todo planeado, esta noche escaparas o moriremos los dos en el intento…

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